Gana en el juego, pierde en el marcador.

Filadelfia, Pennsylvania.- En el primer encuentro amistoso de su gira 2010 por la Unión Americana, celebrado la noche del miércoles en el PPL Park de la localidad, Guadalajara cayó por la mínima diferencia ante el Union de Philadelphia, en un juego dominado ampliamente por el conjunto mexicano, pero superado por la anotación conseguida por el norteamericano Jack McInerney a los 48 minutos, en un descuido defensivo en los albores del segundo tiempo.

Ya que aunque pareciera díficil de comprender, el Rebaño fue quien más exhibió el juego colectivo, de control de pelota y de llegadas al arco, pero fue el Union que luego de una desatención defensiva de los rojiblancos, aprovechó para marcar el que a la postre sería el tanto que definiría la victoria para el cuadro de la MLS.

Desde el arranque del partido, Guadalajara demostró un mayor juego colectivo, que de inmediato le redituó en oportunidades en el área de los norteamericanos, pues apenas a los dos minutos del encuentro, Omar Bravo se encontró con una pelota en la media luna, la cual trató de resolver mediante una media tijera, sin embargo su envío se fue apenas por encima de la cabaña del Union.

A partir de dicha acción, los embates hacia el área del conjunto de la MLS serían tan constantes, que el partido prácticamente se desarrollaría en el territorio del conjunto debutante en la Liga Norteamericana, ya que tanto Reynoso, Ponce, de Luna y Magallón, desempeñarían sus labores defensivas muy cerca de la línea de media cancha, lo que facilitó que la contención del equipo tuviera una mayor recuperación de pelota en tres cuartos del campo.

Y ni que decir de los delanteros del Rebaño, quienes lo más que tuvieron que regresar por la esférica fue a los tres cuartos del campo, y eso sólo en contadas ocasiones, ya que las casi nulas ocasiones en las que el Union pasó de tres cuartos de cancha, la zaga rojiblanca y el portero Michel, estuvieron ahí para apagar el peligro.

Sin embargo, aún y cuando Guadalajara mandó a placer en el encuentro, generó suficientes oportunidades para tener al menos un par de anotaciones en el marcador, la efectividad a la hora de definir se vio impedida por la defensiva del Union, que en ocasiones llegó a acumular hasta siete elementos dentro de su área, aunado a las atinadas intervenciones del portero Knighton, Guadalajara no logró marcar en la puerta enemiga, constante que se repitió a lo largo del primer tiempo.

Y cuando parecía que al inicio del complemento, aún y con las modificaciones enviadas desde la banca, Guadalajara retomaría el control del partido y por ello sería cuestión de tiempo para batir la meta del Union, un descuido en la nueva zaga defensiva, conformada por Enríquez, De Luna y Escalante, permitió que el pase filtrado de Justin Mapp tuviera efectividad al momento de recibir en el área Jack McInerney, quien con un disparo raso venció al recién incorporado al partido Sergio Arias apenas tres minutos después de reanudado el encuentro.

Desde la acción del gol, y de manera similar a lo ocurrido en en el primer tiempo, Guadalajara volvió al control de la pelota, a la circulación de la misma, a la generación de llegadas tanto por los costados como por el centro de la cancha y a poner en constante peligro el arco del rival, pero de la misma manera, también el portero Brad Knighton regresó a su efectividad bajo los tres postes y a no dejar pasar los envíos del Rebaño.

Una y otra vez, con disparos de media distancia, con jugadas prefabricadas, con táctica fija puesta en desarrollo en tiros de esquina e incluso con aproximaciones producto de jugadas individuales,  Guadalajara intentó marcar el tanto que le significada la igualada en un partido que dominaba en la cancha, pero que perdía en el marcador.

Pero ni la altura de Michel Vázquez, la habilidad de Ulises Dávila, la potencia en el disparo de Omar Arellano o la colocación de los envíos de Sergio Ávila, lograron batir la meta de un inspirado arquero Brad Knighton, que lo mismo realizó lances espectaculares que atajadas circunstanciales, todo para para evitar el gol rojiblanco.

Y aunque Guadalajara nunca cesó en buscar el tanto que les diera el empate, el tiempo apremió y con el silbatazo del silbante Jair Marrufo, las llegadas de Chivas no encontraron el objetivo final, por lo que el Rebaño tuvo que aceptar la derrota por la mínima diferencia, de un partido que ganó en el desempeño y control del juego, pero que simplemente perdió en el marcador.