San Luis Potosí, SLP.- La costumbre del triunfo prevalece en Guadalajara, pues la constante no es sólo en el plano internacional, también lo es en el torneo de Apertura 2010 en el Futbol Mexicano y para muestra, la victoria obtenida ante los Gladiadores del San Luis, por la mínima diferencia y en calidad de visitantes.
Porque aunque el entorno futbolístico manifestaba que previo al arranque de la Gran Final de la Copa Santander Libertadores 2010, Guadalajara tomaría como ensayo futbolístico el duelo ante San Luis, el estratega del Rebaño José Luis Real planteó un partido con una alineación plagada de jóvenes, tres de ellos en su debut, y quienes demostraron con creces su valía y la importancia que tiene Chivas en el torneo local.
Desde los primeros instantes del partido, Guadalajara evidenció con su juego de conjunto que los embates ofensivos serían una constante del encuentro, pues con con los desbordes del debutante Jesús Sánchez por el costado derecho y de Mitchel Oviedo por la izquierda, también de estreno en la Primera División, aunado a la llegada de Adolfo Bautista por el centro del campo y a la siempre presencia de área de Michel Vázquez, Guadalajara tendría desde el arranque la batuta de las acciones.
Pero aunque en repetidas ocasiones el Rebaño fabricó innumerables jugadas de peligro, las aproximaciones al arco de Carlos Trejo no tuvieron un desenlace óptimo, pues la intervención de la defensiva de los Gladiadores, que acumuló hasta seis elementos en la zaga, impidió que el marcador se inaugurara.
Sin embargo, a los 19 minutos de juego, tras una acción en ofensiva del equipo tapatío, en las afueras del área y luego de una serie de rechaces por parte de la defensiva local, Mitchel Oviedo prendió una pelota con potencia, la esférica fue a dar en la humanidad de un elemento de los Gladiadores y quedó a la deriva, suficiente para que Marco Fabián tomara la pelota a media altura, conectara de derecha con la fuerza y colocación suficiente para que de forma vistosa anidara el balón en el ángulo superior izquierdo de Trejo, quien nada pudo hacer para evitar la primera anotación del Rebaño.
A partir del gol rojiblanco, la ofensiva de Chivas creció y se hizo más y más presente en el área de los Gladiadores, pues minutos después del tanto de Fabián, Mitchel Oviedo desbordó por el costado izquierdo, dejó la marca de tres elementos del San Luis y al momento de definir frente al arco mandó su envío apenas por un costado de la puerta potosina.
Salvo por contadas aproximaciones del conjunto local, que en Michael Arroyo, Wilmer Aguirre y en Víctor Lojero tuvo a sus hombres de mayor peligrosidad de tres cuartos de terreno en adelante, la zaga defensiva de Chivas prácticamente nulificó sus embates, ya que la coordinación entre Magallón, De Luna, Pérez y Escalante, generaron que el arco de Chivas se mantuviera a salvo.
Con el total dominio del partido, los primeros 45 minutos se extinguieron sin presentar movimiento en el marcador, pero apenas comenzado el complemento, Guadalajara continuó bajo la misma constante, pues apoyados en su juego de conjunto y en la precisión de sus pases, el Rebaño realizó llegadas al área, sin que éstas pudieran reflejarse en el marcador.
Mientras que el cuadro del San Luis intentó por todos los medios ir en búsqueda del gol que el otorgara el empate en el partido, la fortaleza del medio campo rojiblanco y la solvencia de la zaga defensiva, hicieron inútiles las aproximaciones que San Luis fabricó tanto por los costados como por el centro del campo, e incluso los disparos de media distancia.
Hacia los 70 minutos de juego, fruto de una serie de pases de primera intención y combinaciones que comenzaron en media cancha y llegaron hasta los límites del área, el novel Ulises Dávila se abrió el espacio para generar un disparo de pierna zurda en búsqueda de aumentar la ventaja, sin embargo, su disparo fue demasiado cruzado y se perdió por la línea de gol.
Con el paso de los minutos la dinámica del duelo no cambió, pues mientras que Gladiadores afianzó su deseo de buscar el empate, Guadalajara continuó con la correcta circulación de la pelota, a la espera del momento indicado para desdoblar su poderío en ofensiva y causar más daño en la puerta rival para asegurar el triunfo.
Pero el tiempo apremió, el silbatazo de Armando Archundia oficializó el triunfo del Guadalajara por la mínima y aunque el marcador sólo reflejó una anotación, la realidad que mostró Guadalajara durante los poco más de 90 minutos fue suficiente para consumar su primer triunfo del Apertura 2010, y en campo ajeno.
