El Museo Chivas Comex aloja desde este sábado a otro huésped distinguido, que si bien nació en la cantera cementera del Cruz Azul, fue en el Rebaño donde su nombre se convirtió en leyenda: Octavio “Centavo” Muciño, centro delantero cuya historia tuvo un trágico desenlace al ser privado de la vida el 3 de junio de 1974.
Precisamente el sábado en que las Chivas se jugaron el pase ante los Gallos Blancos del Querétaro, la familia completa de Octavio Muciño asistió al santuario donde se encuentran los máximos tesoros rojiblancos para ceder una de las reliquias más preciadas del certero centro delantero mexicano.
Gustavo Guerra, Director de Comercialización de Chivas fue el encargado en nombre de la directiva rojiblanca de recibir de manos de Octavio Muciño hijo la playera rojiblanca número nueve que portaba en los dorsales su señor padre con las Chivas.
La estrella fulgurante de Octavio Muciño ya tiene un espacio en el firmamento y ahora en el Museo Chivas Comex, pero la distinguida habilidad para el desmarque, la valentía para ir al encuentro de cualquier balón para enviarlo a las redes, y ese sentimiento y condición de delantero que no perdonaba a la portería rival se ganaron de inmediato la admiración y respeto de los aficionados rojiblancos.
A la porra unánime venida de la propia garganta de sus familiares de “Se ve, se siente Octavio está presente va el homenaje a un futbolista que con su corazón, el mismo que dejaba dentro del terreno de juego en cada partido se ganó a pulso el aumento en el adjetivo “ Centavo de Oro” tal como lo plasma el Museo Chivas Comex.
Tiene Museo Chivas Comex "Centavo de Oro"
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