Podría ser considerado simplemente como el heredero de las glorias de Oswaldo Sánchez, pero no es así de sencillo. Para quienes han vivido de cerca su vida futbolística y el trajín que el balompié profesional le ha impuesto a lo largo de casi diez años, sabrían que para Luis Ernesto Michel Vergara no ha sido fácil llegar a ocupar el sitio titular bajo los tres palos del Rebaño Sagrado.
Luis Ernesto, quien a base de trabajo, paciencia, esfuerzo y dedicación, ha logrado cristalizar el sueño que tuvo cuando de pequeño, al tomar los guantes y resguardar aquel portón gigantesco que fungía como portería en una cascarita de barrio, imaginó que, algún día, se convertiría en una figura imprescindible con alguna escuadra de la Primera División azteca.
Quizá, en aquella época, a Michel ni siquiera le pasaba por la mente que su sueño de ser el portero titular de un escuadrón se le haría realidad ni más ni menos que con el equipo más popular de México.
Hoy, luego de múltiples mudanzas entre conjuntos de Primera Nacional y Primera División A, y otras muchas complicaciones que lo marginaron por cualquier cantidad de años a ser el eterno suplente de la portería, hoy es tiempo de... Luis Michel.
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