Recibir al actual monarca del Futbol Mexicano exigía a Chivas, además de portar el flamante traje de gala, desplegar el mejor futbol posible en pos de la conquista de los tres puntos, para generar un revulsivo fundamental en el interior del seno rojiblanco. La afición lo sabía a la perfección, por eso desde el mismo silbatazo inicial, Chivas impuso respeto a la osada parcialidad visitante que con aislados ¡buuuh¡ trataba de contaminar el ambiente de la nación Chiva.
Una ráfaga fulminante a cargo de Giovani Hernández resultó el detonante perfecto para que los discípulos de José Luis Real, pues cuando el joven volante aprovechó a la perfección el resquicio dejado por William Yarbrough en su meta y pintó con el 1-0 el Omnilife para colorearlo con la algarabía que sólo el ir al frente en un encuentro puede ofrecer.
Desde ese momento la intensidad tomó por asalto la cancha del Estadio Omnilife y los seguidores rojiblancos impusieron también su ley en las tribunas, incluso hicieron enmudecer a la tribuna contraria con sus cánticos de apoyo incondicional hacía los colores rojo y blanco.
En cada pelota que tocó, Chivas mostró la determinación necesaria por el triunfo desde la mitad de la cancha con Jorge Enríquez al frente, con Giovani Hernández y su hambre insaciable por convertirse en hombre importante en el esquema rojiblanco y la afición en pleno reconocimiento de sus 11 hombres tapatíos que buscaban el triunfo a toda costa.
Aún en la lona, el León intentaba dar respuesta pero la bien plantada defensa del Rebaño le brindaba un bastión más de confianza a la fanaticada del Guadalajara, que en todo el encuentro se mantuvo de una pieza y con el corazón al descubierto creyeron durante los 90 minutos en su equipo; y ni que decir del pundonor y determinación de los futbolistas de Chivas, que hicieron la mezcla perfecta.
El triunfo se consumó y a la vez se convirtió en miel para la garganta de los aficionados e impulsó al Rebaño en confianza , una confianza nítida, palpable y que se presenta en el momento clave del torneo; Chivas cumplió así con una de las reglas no escritas de su longeva y rica historia en el Futbol Mexicano: Los Clásicos se encaran con el previo baño del triunfo. El siguiente rival es Atlas, sí, el Clásico Tapatío está en puerta.






