El Clásico Nacional entre Chivas y América mostró que es un partido que reúne a lo mas sagrado que posee la sociedad: la familia, amante del deporte mas popular del mundo y que al menos por 90 minutos están listos para disfrutar de la fiesta que generan los dos equipos más populares del país.
Guadalajara y América son los dos equipos que tienen más convocatoria en el Futbol Mexicano, y cuando es el Cásico Nacional la expectativa crece y la demanda de boletos aumenta, pues nadie se quiere quedar fuera del partido más esperado por la afición durante todo el torneo.
Para la edición del Clásico Nacional del Clausura 2014, el Estadio Omnilife recibió a los aficionados de ambos equipos en un ambiente de fiesta, de colorido y sobre todo de convivencia, por los pasillos del inmueble se vieron playeras del Guadalajara y de América entre los integrantes de algunas familias que llegaron para apoyar a su equipo favorito.
Las vivas y porras eran hacia uno y otro bando. El Clásico Nacional tomó vida propia desde la zona de Fiesta Rebaño, donde lo mismo eran las tradicionales tortas ahogadas, los tacos o los lonches de pierna como el alimento más solicitado por hombres, mujeres y niños a quienes unen lazos de sangre indestructibles.
Sin duda que la noche de este domingo ganó el futbol y la afición, con los pequeños tomados de las manos de sus papás, con la playera de su equipo favorito sin el temor de ser agredidos por la seguridad que ofreció el Estadio Omnilife a sus visitantes, donde quedó demostrado que el futbol es alegría, fiesta y también unión para la familia.
