Era el partido que Chivas debía ofrecer y el que su inmensa legión de seguidores le exigía cada 15 días en su presentación en el Estadio Omnilfe. El partido para exorcizar demonios y acabar de una vez por todas con la malaria de resultados que habían arrojado a los infiernos en el Torneo Apertura 2014 a los discípulos de José Manuel de la Torre. Enfrente estaban los Xolos de Tijuana, rival siempre incómodo para el Rebaño desde su aparición en el Máximo Circuito del Futbol Mexicano.
Para los primeros minutos del cotejo la maldición sobre el Guadalajara parecía asfixiarlos de nuevo cuando Alfredo Moreno al 23’ mandó dormir el esférico al fondo de la cabaña de José Antonio Rodríguez, lo que enviaba a la lona a los rojiblancos que empezaban de este modo contracorriente a pesar del inconmensurable apoyo de una afición que con el "Chivas... Chivas..." no se dejaba morir tan fácil ante los fronterizos.
El domingo de futbol de las Chivas tenía preparada una catarsis para uno de los hombres más destacados en la historia del Guadalajara, Omar Bravo Tordecillas, sí, el segundo mejor goleador en la historia de la institución tapatía, sí para el capitán rojiblanco y actual líder en el terreno de juego de un equipo señalado para resurgir de los infiernos, sí porque se trataba además del partido 400 disputado por el mochiteco en la Primera División, más de la mitad en el equipo que lleva tatuado en el alma, las Chivas del Guadalajara.
La alegría del futbol volvió a presentarse en Omar Bravo y en las Chivas cuando Giovani Hernández envió un centro medido para recordar que una de las virtudes del número nueve del Rebaño es el remate de cabeza y de esa misma forma colocó el empate 1-1 y la sonrisa volvió a aparecer en el Omar Bravo que los seguidores del Guadalajara recuerdan perfectamente cuando el mochiteco marca una anotación.
Todavía le faltaba más a la fiesta de Chivas y Omar Bravo, pues a sólo unos minutos del empate, el capitán del Rebaño prendió el esférico en el corazón del área, su sitio favorito en el terreno de juego para de esta forma hacer estallar al Estadio Omnilife, mientras Omar Bravo corría con alegría desbordada con lo que dejaba patente su amor eterno por jugar al futbol y colaborar en el resurgimiento del Rebaño que volvía de nuevo a vivir sus momentos sagrados y su afición lo retribuía.
Los perros aztecas de Tijuana tampoco se querían ir con las manos vacías de su visita a Guadalajara y por conducto de Alfredo Moreno puso el 2-2 en el marcador y no conforme con ello, los visitantes aplicaron su mordedura canina a través del argentino Darío Benedetto y colocaron un 2-3 en el marcador electrónico de la casa de las Chivas.
Pero el esfuerzo del Guadalajara había sido monumental a lo largo de todo el cotejo , por lo que la derrota ante Xolos no estaba contemplada y correspondió a Jair Pereira colocar con un cabezazo el 3-3 en el duelo y con el "Chivas... Chivas..." en la garganta en un emocionante domingo de futbol en la cancha del Estadio Omnilife.
