Puebla, Puebla.- Son casi de las seis de la tarde de un sábado en el que el clima fresco de Puebla, hace propicia la escena de llevarse el resto del día admirando las características construcciones de la Angelópolis, al tiempo que el atardecer se extingue justo a un costado del Popocatepetl, silente vigía de la ciudad.
Con todo y las múltiples distracciones que ofrece la capital del estado que lleva el mismo nombre para un sábado cualquiera, el de este ocho de noviembre ha sido apartado con antelación por los aficionados futboleros, para esperar el arribo a su ciudad del equipo más popular del país: Chivas.
Pues tras una hora de vuelo desde la Perla de Occidente y otra media más de trayecto desde el Aeropuerto Internacional de Puebla, Guadalajara arribó al hotel de concentración elegido para esta ocasión donde ya era esperado por casi un centenar de personas ataviadas con los colores rojiblancos y ávidas de externar su apoyo al Rebaño Sagrado.
Una vez que el autobús oficial del equipo detuvo su camino justo en frente de la entrada principal del hotel, uno a uno los jugadores fueron descendiendo de la unidad y dando cuenta de la popularidad y cariño que la afición poblana profesa para los colores rojiblancos.
Pues con la aparición de cada elemento de Chivas en la escalinata del hotel, los aplausos y la ovación para cada uno de ellos fue evidente y constante, igual que los destellos de las cámaras y las solicitudes de firmas que alcanzaron a complacer los jugadores de camino a sus habitaciones.
Y aunque hubo quienes no tuvieron la mejor ubicación en la llegada de Chivas a tierras poblanas, a fin de estar cerca de sus ídolos, la afición al Guadalajara externó su apoyo y convicción de que, aunque el objetivo no fue cumplido en su totalidad, sí se fueron con la sonrisa y satisfacción de observar a sus ídolos más cerca de lo habitual.
