San Nicolás de los Garza, Nuevo León.- El sábado ante los Tigres en el Universitario, en duelo correspondiente a la Jornada 11 del Clausura 2009, Guadalajara adoleció de algo fundamental para conseguir resultados: contundencia y llegada al arco.
Ante unos Tigres insistentes, que a base de llegadas al arco de Chivas consiguieron un resultado que le hace respirar en su situación con la quema del descenso, Guadalajara evidenció que las oportunidades para cristalizar anotaciones brillaron por su ausencia y por ello, quedaron al margen de sumar unidades en la undécima fecha de campeonato mexicano.
Porque aunque por momentos del partido se tuvo la pelota, Chivas se olvidó de qué hacer con ella, del traslado necesario para generar el peligro suficiente para poner en riesgo la cabaña del rival y de su característico juego ofensivo que partidos atrás rompía con cualquier esquema que presentara su contrincante.
Si bien Gonzalo Pineda comandó en el medio campo y recuperó cuanto balón tuvo cerca, Marco Fabián intentó sin muchos resultados poner esa chispa de creatividad para romper con el esquema que montó Tigres fuera de su área, pero aunque Alberto Medina, Sergio Amaury Ponce y Ramón Morales llegaron hasta donde nace el peligro en las afueras del área, ninguna de sus llegadas, centros o desbordes lograron generar un real peligro en la cabaña de Oscar "Conejo" Pérez.
En contraparte, una desatención en la recta final del primer lapso inclinó la balanza hacia el lado felino, pues tras una falta en tres cuartos de terreno, Lucas Lobos movió la pelota de inmediato, desde el costado izquierdo mandó un centro al corazón del área a donde Pedro Benítez llegó para ganar el salto a la defensiva rojiblanca, conectar de cabeza y vencer a Luis Michel para abrir el marcador.
Pero con la desventaja, Guadalajara no bajó los brazos e intentó ir al frente, sin embargo, ni los contados desbordes a velocidad de Alberto Medina, la presencia poco productiva de Omar Arellano en el área y la llegada por sorpresa y por el centro de Marco Fabián, lograron darle una clara oportunidad de gol ante los Tigres.
Por eso para la segunda parte, Guadalajara regresó al campo del Universitario con el objetivo de igualar el marcador, intentó reorganizar su vocación ofensiva para ir al frente, pero al igual que en el primer lapso, la poca capacidad para generar peligro y la monotonía en sus jugadas se disolvieron en tres cuartos del campo.
Ni con las incorporaciones ofensivas de Jared Borgetti y Javier Hernández hacia los instantes finales del juego, Chivas logró hacer lo necesario para igualar, pues la pelota fue de un costado a otro, los elementos rojiblancos buscaron los huecos necesarios para marcar diferencia e incluso en la táctica fija, como los tiros de esquina o las faltas fuera del área, brindaron oportunidades de gol, pero en cada jugada que Chivas generó la constante fue la misma: la contundencia brilló por su ausencia y el gol no apareció.
Lo más cercano que el Rebaño estuvo del gol fue la acción generada por Ramón Morales hacia los instantes finales del partido, pues desde la izquierda y cerca del área envió una pelota con ventajas hacia el área chica, a la que Javier "Chicharito" Hernández llegó para rozar la esférica y ponerla a segundo poste, pero el "Conejo" con una gran atajada evitó que esa jugada se convirtiera en la igualada.
Ya sobre la hora, el mediocampista zurdo Francisco Mendoza evidencio la frustración que el accionar propio y del equipo le generaron, pues aunque con disposición, más no así con el talento que lo hizo ser un refuerzo más para Chivas, terminó por irse del campo en la última jugada del encuentro por insultos al árbitro central.
Por eso cuando el silbante indicó el final del partido, los rostros cabizbajos de los elementos del Rebaño aparecieron de camino al vestuario, pues sin su habitual juego desequilibrante, Chivas cayó en Monterrey por la mínima y sin la contundencia necesaria para evitar una derrota más en el torneo.
