Ciudad de México.- La concurrida, cosmopolita y siempre en movimiento capital de la República Mexicana se encuentra en pausa, con poca o casi nula actividad, como si se le hubiera hecho detener de forma obligada por algunos instantes o como si de un momento a otro la ciudad entera decidiera no salir más allá de la puerta de su hogar.
Cae la tarde y los nubarrones cargados de lluvia coquetean con la zona noroeste de la capital. Son poco más de las seis de la tarde y las calles del Distrito Federal no presentan la habitual carga vehicular característica de quienes en un sábado por la tarde salen de sus actividades laborales o simplemente aprovechan el día para deambular por la ciudad más grande del mundo.
Las avenidas aledañas al Aeropuerto Internacional Benito Juárez lucen fluidas, el característico tráfico que se acumula en la calle de Insurgentes no es el que generalmente presenta a cualquier hora esta importante arteria capitalina y ni qué decir de las cientos de calles de menores dimensiones, que apenas y asoman un mínimo movimiento vehicular.
Bajo este panorama, ocasionado por el brote de influenza que impera en la capital de México y también a causa de las recomendaciones emitidas por las autoridades de evitar en la medida de lo posible las actividades sociales, Chivas ha llegado a una irreconocible capital del país.
El acostumbrado recibimiento en el aeropuerto no es el de otras ocasiones, el transitar junto a banderas y claxons que suenan en apoyo al Rebaño ha sido escaso y la recepción en el hotel de concentración, que suele ser considerable en cuanto a aficionados se ha visto disminuida, pero aún se mantiene.
Ya que al menos medio centenar de fanáticos rojiblancos, esperaron con paciencia el descenso de los elementos del Rebaño para mostrar su apoyo incondicional desde este mismo sábado, ya que el domingo al mediodía les será imposible dadas las circunstancias de puerta cerrada en las que se llevará a cabo el duelo de la Jornada 15 del Clausura 2009.
Ataviados con el característico traje formal de viaje y complementados por el cubrebocas recomendado por las autoridades sanitarias, uno a uno los elementos del Rebaño descendieron del autobús e ingresaron al hotel de concentración sin poder otorgar la siempre habitual convivencia con los aficionados, pero agradeciendo a la distancia el gesto de esperar al equipo más popular del país para manifestarles su apoyo previo a su duelo ante los Pumas de la UNAM.
Y aunque los aficionados se marcharon contentos de externar su apoyo y de obtener al menos un par de fotografías a distancia de los elementos del Rebaño, los cubrebocas aparecieron de nueva cuenta en los rostros de los aficionados, quienes al igual que el resto de la población en la capital del país, debe de extremar precauciones para no propagar este virus que en el Distrito Federal, entre otras muchas actividades sociales, ha dejado sin la posibilidad de disfrutar en vivo y en el estadio la actividad del Pumas vs Chivas.
