Salt Lake City, Utah.- En el ambiente, el frío incesante que los menos de diez grados centígrados otorgaban en el sur de la ciudad y al pie de las montañas nevadas; en la tribuna el cálido sentido de identificación de los aficionados con el más popular de los equipos en México, y en la cancha, la llama ardiente de un partido amistoso que por lapsos, de fraterno no tuvo ni un ápice.
Y es que la noche del miércoles en el Río Tinto Stadium de Salt Lake City, luego de un comienzo incierto, lleno de imprecisiones y dificultades sobre la cancha, Guadalajara vino de atrás en el marcador, que tras verse abajo apenas a los 16 minutos de juego, en la segunda parte del encuentro Omar Esparza igualó las acciones para sacar el empate ante un cuadro norteamericano más dedicado a lesionar al rival que a disputar un duelo futbolístico.
Pues para el primer tiempo del compromiso entre Real Salt Lake y Chivas, el roce físico, las entradas a destiempo y hasta un conato de bronca que arrojó un saldo de un expulsado por bando, Édgar Solís por Chivas y Jamison Olave por Salt Lake, además del gol marcador por el equipo local, fueron el resumen de un primer tiempo del cual se pudieron rescatar pocas acciones de juego.
Porque producto del campo húmedo, que 35 minutos antes del arranque del cotejo fue regado en su totalidad y que ocasionó que la pelota corriera más de lo esperado, fue ahí donde el Rebaño tuvo su primer conflicto de adaptación, el cual aunque se fue solucionando con el paso de los minutos, le generó al Guadalajara un sin fin de balones rebotados e imprecisiones en los pases.
Prueba de ello fue el tanto con el que el cuadro local se fue al frente en el marcador, pues luego de un balón perdido en las afueras del área por Patricio Araujo, el delantero Fabián Espíndola tomó la esférica y desde fuera del área disparó con fuerza para que segundos después la pelota botara antes del área chica, misma que le hizo un extraño al portero Luis Michel, quien no pudo contener la esférica que terminó por generar el primer tanto del encuentro.
Por si esto fuera poco, la excesiva fuerza del conjunto local, ocasionó que las pelotas divididas fueran cada vez más fuertes y con mayor intensidad, lo que no demoró en hacer de cada entrada una ocasión propicia para las patadas y roces entre jugadores, algo que el silbante Silviu Petrescu no tuvo a bien detener a tiempo y por ello, en poco tiempo, aparecieron las consecuencias con conatos de bronca, que por el bien del espectáculo no pasaron a mayores.
Al cabo de 45 minutos en los que el gol de los locales y los intentos de Chivas por igualar fue lo que más ofreció para el análisis, el segundo tiempo trajo consigo un partido prácticamente distinto, en el cual ambas escuadras olvidaron el arranque y decidieron hacer del futbol su mayor argumento para buscar el triunfo del partido.
Con algunas modificaciones para iniciar la segunda parte, Guadalajara saltó al complemento con un mayor orden y precisión en sus pases, pues ya acostumbrado al contacto de la pelota y al bote y trayectoria de la misma, Chivas tocó la pelota ante la desesperación del cuadro del Real Salt Lake, que aún y con su presión en cada rincón del campo, no logró quitarle la esférica al conjunto tapatío.
Todas esas cualidades futbolísticas desarrolladas por el Rebaño, se reflejaron en el marcador apenas a los siete minutos de comenzado el segundo tiempo, pues por el costado izquierdo y ante la marca de dos elementos del Real Salt Lake, Omar Esparza tocó con precisión a la colocación de Xavier Báez en tres cuartos de terreno y cargado hacia el mismo costado.
De primera intención, el camiseta 18 de las Chivas filtró la esférica justo al movimiento que su compañero le marcó ya en los límites del área, donde el mismo Omar Esparza tomó de derecha, ubicó la portería y con una precisión milimétrica mandó anidar la pelota en el ángulo superior izquierdo del portero, para hacer explotar el Río Tinto Stadium con el empate tapatío.
Con los cartones igualados y un mejor desempeño en la cancha por parte de los rojiblancos, Real Salt Lake apretó en la marcación, se hizo de balones en la media cancha y surtió en repetidas ocasiones a los delanteros Pablo Campos y Robbie Findley, recién incorporados al cotejo, pero ni con centros de ambos costados ni con llegadas por el centro del área, pudieron batir la meta de Chivas, defendida para la segunda parte por Hugo Hernández.
Alentado por una afición rojiblanca que nunca cesó de emitir los gritos de apoyo de "Chivas.. Chivas...", que coreó hasta el cansancio los toques de pelota del Rebaño y que poco le importó el gélido ambiente en las tribunas del Río Tinto Stadium, Chivas fue por más en el partido, tocó de nueva cuenta la esférica a lo ancho del campo y generó ocasiones de gol que poco les faltó para convertirse en realidad.
Pues Omar Bravo a los 66' tuvo una pelota de bolea en el pico izquierdo del área que logró contener el portero Seitz; luego, Sergio Amaury Ponce tuvo quizá la más clara del segundo tiempo cuando luego de una pantalla de Bravo y un pase filtrado de Antonio Salazar, el lateral derecho de Chivas no logró llegar a empujar la pelota ante la salida del portero quien al final se quedó con la esférica.
Pero así como Chivas desempeñó una mayor acción futbolística, el conjunto de Real Salt Lake generó oportunidades claras de gol, que sin no crecieron en el marcador, fue gracias a las atinadas intervenciones de la defensa rojiblanca y a los destacados lances del cancerbero Hugo Hernández, quien en plan grande, evitó al menos tres claras de gol de los delanteros norteamericanos.
El aparato defensivo de Chivas lució sus mejores galas en la recta final del encuentro, justo cuando a los 79 minutos, luego de una pelota filtrada al área, Pablo Campos fusiló directo al arco ante la salida de Hugo Hernández, quien recostó al costado derecho y rechazó la esférica, misma que quedó a la deriva y ante la inminente legada de Robbie Findley, pero ya sobre la línea, Aarón Galindo barrió y logró evitar la caída de su marco.
Y aunque en los minutos finales las acciones de gol, que arrancaron emociones y suspiros en la tribuna con cada arribo llevado a cabo en ambas porterías, el tiempo detendría su marcha un minuto después de los 90 reglamentarios, para decretar un empate que reflejó igualdad de fuerzas y que además alargó dos rachas en Chivas, primero, la de cuatro partidos invicto en enfrentamientos amistosos en la Unión Americana, y segunda, la de cinco duelos, tanto amistosos como de la Liga Mexicana, en los que el estratega de Chivas Raúl Arias, no conoce la derrota al frente del más ganador de los equipos en México.
Real Salt Lake 1-1 Guadalajara
Fabián Espíndola al 16'
Omar Esparza al 52'.
Estadio Río Tinto, Salt Lake City (16 mil aficionados)
