El orgullo de ser Chivas

La afición del Guadalajara se dio cita en el Estadio Omnilife para apoyar al Guadalajara en su búsqueda del título del torneo de clubes mas importante de América, la noche de este miércoles en el Estadio Beira-Río de Porto Alegre y con la misión de remontar un marcador de 2-1 con el que terminó el partido de Ida jugado en este estadio el pasado 11 de agosto.

Dese el arranque del partido los seguidores rojiblancos mostraron su apoyo y la confianza que tenían en el Rebaño para poder conseguir la victoria en el partido internacional más importante en la historia del Guadalajara, con gritos, porras y aplausos, que dieron un toque muy especial a la tribuna del Estadio Omnilife.

 

 

En cada jugada que realizó el Guadalajara la exclamación en la tribuna no se dejó de escuchar, con gritos y aplausos los aficionados tapatíos mostraban su emoción, y en la amonestación que recibió Mario de Luna, la desaprobación del público se evidente al reclamarle al árbitro lo que consideraron una marcación injusta en contra del equipo mexicano.

En el momento que Marco Fabián anotó un gran gol, las tribunas del Estadio Omnilife estallaron en júbilo y con el grito de ¡Chivas! ¡Chivas! que salió del corazón y de la ilusión de una anotación que hacia pensar que la hazaña era posible de realizar por el conjunto tapatío y las manifestaciones de alegría se prolongaron durante el medio tiempo.

 

La expectación creció al momento del silbatazo que puso en marcha la segunda parte y las muestras de apoyo al Rebaño no cesaron durante los primeros minutos de la parte complementaria. Y cuando el Internacional logró el gol del empate a un gol en el marcador, la afición rojiblanca no mostró pesadumbre, al contrario el grito de ¡Chivas! ¡Chivas! volvió a resurgir con la esperanza de volver a tomar ventaja en el marcador.

Los seguidores del Guadalajara continuaron viendo con atención el partido, sin dejara de apoyara a sus 11 guerreros que se notaba que ponían el alma en cada jugada y que esa disposición la transmitieron a la tribuna que a pesar de la desventaja seguían confiando en ellos.

Y cuando el conjunto Colorado de Porto Alegre amplió su ventaja a 3-1, la desilusión se reflejó en los rostros de algunos aficionados, pero los más optimistas, los que aún creían en que era posible remontar el marcador, se hicieron sentir en las tribunas y con aplausos y porras y contagiaron a los demás y el grito de ¡Chivas! ¡Chivas! resurgió con más fuerza.

 

 

Con el gol de Omar Bravo en los minutos finales, con lo que se acortó la distancia en el marcador a 3-2, la alegría volvió a las tribunas, pues el equipo más popular de México dio muestras de no estaba vencido, que seguían luchando por la camiseta rayada, por su afición y por México.

No hubo tiempo para más, el árbitro colombiano dio el silbatazo final, con lo que se hizo oficial la conquista del título por parte del conjunto del Internacional de Porto Alegre, pero en el Estadio Omnilife quedó la sensación de orgullo, de orgullo por las Chivas que en ningún momento bajaron los brazos y que en un momento del partido tuvieron en sus manos a los brasileños y la posibilidad de lograr el tan ansiado título continental.

Chivas no logró revertir el marcador, pero demostró por que es uno de los equipos grandes de México, pues jugaron con personalidad, con carácter y sin complejos en una de las canchas más difíciles de Sudamérica y por eso estamos orgullosos de este equipo de jóvenes guerreros y de ser Chivas de Corazón.