
Hace no muchos años en Caborca, Sonora, donde el beisbol y el basquetbol son dueños de las preferencias entre los niños y jóvenes que comienzan a adentrarse al mundo de las distracciones deportivas, el futbol tenía un espacio reducido, sí, pero suficiente para considerarlo como un camino que lleve a desempeñarlo como una forma de vida.
Así lo vio Jesús Sánchez, un joven que en su momento comenzó a ver el futbol como la distracción heredada por su padre que durante los fines de semana en Caborca, sólo había dos cosas que no podían faltar: el futbol y la compañía de su vástago Jesús.
"Si a alguien le tengo que echar la culpa por mi gusto por el futbol, es a mi papá", dice convencido Jesús, antes de echar nuevamente atrás el casette para traer de vuelta los recuerdos que se remontan a los inicios, de lo que más tarde sería su forma de vida, el balompié; "siempre que jugaba en las ligas locales me llevaba con él. Siempre era de que me decía que me alistara temprano para irnos y creo que fue alguien importante para que me comenzara el gusto por el futbol. Siempre motivándome para que hiciera deporte y que eligiera siempre el futbol.
"Yo no me enfocaba en quedarme viendo partidos, mi vida siempre era la pelota, fueran las tres de la tarde y con un calorón, me la pasaba ahí en mi casa jugando afuera. A veces ni estudiaba por andar afuera jugando. Me acuerdo que mi mamá me regañaba mucho porque tenía que estudiar y yo afuera jugando futbol", recuerda.
"Hubo un tiempo que jugaba beisbol, pero era malísimo. Jugaba de jardinero central, pero algo que simplemente no me llenaba, no me atraía, lo mío era el futbol. Cuando estaba más chico mi estatura era similar a la de mis amigos, y por ello es que mi estatura nunca fue impedimento, pero ya que fui creciendo siempre jugué con categorías mayores y siempre fui alguien que trató de suplir la estatura con correr, luchar, encarar... son cosas que fácilmente pude suplir", rememora orgulloso.
El tiempo transcurrió y la notoriedad de sus cualidades derivó en un llamado a la Selección de Sonora, a fin de jugar el torneo nacional, llamado de muchas formas y que al final es la competencia en la que todas las entidades federativas del país tienen su enfrentamiento futbolístico, mismo que ha sido semillero de grandes figuras que actualmente militan en el balompié profesional.
Y fue ahí, en el torneo nacional, a la par de dos jóvenes que en ese momento integraban la Selección de Nuevo León y que se conocían como los hermanos Giovanni y Jonathan Dos Santos, donde Jesús Sánchez destacó por sus condiciones futbolísticas, mismas que le dieron los argumentos para encarar los encuentros de titular y con más elementos, llamar la atención de un equipo como Cruz Azul.
Luego de una prueba fallida en el conjunto celeste, donde Jesús Sánchez nunca logró alejar su sueño de militar para el mejor y más popular de los equipos en el Futbol Mexicano, Chivas, su comentario hacia un compañero de equipo hizo el presagio para realizar el sueño que maquiló en su infancia: vestir la camiseta del Rebaño. "Yo algún día voy a estar ahí".

De Chivas y su anhelada Primera División...
El camino hacia su sueño no fue sencillo, pero tampoco fue lo difícil que le anticiparon aquellos que involuntariamente asomaban su limitada visión de las condiciones que poseían. "Es bien difícil entrar ahí, sólo escogen a los mejores", fue una de las frases que más escuchó Jesús Sánchez cuando manifestó sus deseos de emigrar hacia el Rebaño Sagrado.
Pero sus ansias de rojiblanco no demoraron demasiado, ya que fue cuestión de un fugaz regreso a Caborca para estar con sus seres queridos y de inmediato, tras unas pruebas realizadas en Verde Valle, Jesús Sánchez permaneció en el club un par de semanas más, sólo para consolidar que sus condiciones eran las idóneas para ser uno más de las Fuerzas Básicas rojiblancas.
Al cabo de desarrollar su proceso de formación en las divisiones inferiores, donde la habilidad y velocidad fueron de las virtudes que le hicieron destacarse de entre los demás, Jesús Sánchez se topó con sus sueño de estar en la Primera División previo a una pretemporada con el primer equipo a la cual, como él mismo lo anticipó, si se le consideraba en una oportunidad, sería la que aprovecharía para quedarse.
"Yo me convencí de que podía estar con la Primera División de Chivas, había trabajado para ello y lo conseguí hasta que el profesor José Luis Real me incluyó en una pretemporada con el plantel; antes ya había tenido la oportunidad de acercarme cuando existía el equipo de Tapatío en la Primera A, pero en aquel entonces no me sentía preparado ni listo.
"Pero cuando hago esa pretemporada me dije que era ahora o nunca; recuerdo bien que cuando me hablaron para que me presentara para salir le dije a mi mamá que si iba era porque iba a trabajar para poder estar ya en el plantel. Y fue muy bonito porque se dio como yo pensé", revivió.

Un debut soñado
Fue el viernes seis de agosto del 2010 cuando la oportunidad tocó a la puerta de Jesús Sánchez; en la lista de concentrados para el viaje a la capital del Estado de San Luis Potosí para el duelo de la Jornada Tres del Apertura 2010, su nombre estaba ahí y con ello, la latente posibilidad de aparecer en el Máximo Circuito dadas las condiciones que enfrentaba Chivas al tener en disputa la Liga Mexicana y la Copa Libertadores.
"Sabía yo que había la posibilidad porque se estaban jugando dos torneos, estaba la Libertadores y se estaba haciendo un papel importante, donde a lo mejor el profesor no quería arriesgar a algún jugador importante con una posible lesión o algo, y el momento llegó, pero nunca lo imaginé que fuese a ser de titular", refiere.
"Yo me imaginaba entrar de cambio y debutar como casi todos lo hacen, pero cuando me avisó que sería titular fue algo que hasta lloré junto con mi mamá porque eso era el sueño que estaba buscando desde hace algunos años y que se iba a dar ese día".
"Ese momento me supo a gloria", saborea de nueva cuenta al recordar aquella noche que tras el silbatazo de Armando Archundia y con el número 44 en los dorsales, Jesús Sánchez debutó el siete de agosto en la cancha del Estadio Alfonso Lastras con la Primera División del Rebaño Sagrado, cumpliendo así su sueño del futbol.
"Fueron muchos años de trabajo, de estar picando piedra como se dice aquí. Se cerraron muchas puertas, pero se abrieron otras, pero con base al esfuerzo, a nunca rendirme, mi sueño de debutar se dio y qué mejor que en el equipo que yo quería, porque yo no sabía como, pero yo sabía que quería jugar con Chivas", aseguró.

"A los chaparros, no nos queda de otra más que correr".
Dadas sus condiciones físicas, no destacadas por su considerable altura o por su corpulencia, Jesús Sánchez recibió de uno de sus mentores un consejo que lo marcó para siempre, ya que con el futbol por dentro y con las características que lo hacen diferente a los demás, el apodado "Chapito" en honor a su padre atesoró ese recuerdo que en su vida futbolística le ha servido demasiado.
"Recuerdo bien que una vez me dijo Jorge Domínguez, entonces Auxiliar Técnico de Tapatío en la Primera A y hoy Coordinador de Visorías en Chivas, "Tu enano, si no corres, estás muerto, así somos los chaparros"... eso es algo que me ha quedado bien grabado, el que nunca debo de dejar de correr porque a lo mejor no soy el mejor jugador técnicamente, pero creo que lo suplo con entrega y con correr para dar todo mi esfuerzo.
Y lo que viene...
Pero lo mejor de Jesús Sánchez está por venir, con 36 partidos en la Primera División, 12 de ellos como inicialista, el habilidoso extremo diestro del Guadalajara sabe que conforme avancen los partidos, se sumen más minutos a su causa y la experiencia deje más y más vivencias en su mochila, el potencial crecerá a la misma altura que sus sueños.
"Simplemente trato de hacer mi trabajo, de hacerlo de lo mejor que se pueda. No me siento como que yo sea una solución o algo así, porque yo solo trato de hacer mi mejor esfuerzo, de nunca rendirme, de siempre correr y llegar a cada jugada con mis mejores argumentos para salir adelante.
"Siento que puedo dar más, creo que puedo aportar más cosas de las que sé, puedo hacer mejor lo que hago y con el transcurrir del tiempo se vayan mejorando muchos aspectos. Sé que hay debilidades, pero trabajo día a día en ellas, pero en mi mente está el mejorarlas para un día ser campeón aquí y por qué no, cumplir el otro sueño de emigrar al futbol de Europa", finalizó con los ojos puestos en el horizonte, como visualizando su nuevo sueño para cumplir en el futbol.







