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El olor a nuevo reina en todo el ambiente, pero se acrecenta conforme se acerca a la superficie del terreno de juego, que emana un olor característico que sólo se puede percibir un sola vez con tal intensidad, la del estreno.
Édgar Mejía es el primero que salta al campo y da cuenta de la superficie que habrá de ser su casa a partir del presente torneo, la siente y la analiza. Al cabo de unos segundos toma un balón y lo azota contra el pasto sintético para conocer el impacto y la repercusión del mismo, como para acostumbrarse al llamado "timing" que deberá de poner en práctica minutos más tarde, en el primer entrenamiento de Chivas en su nueva cancha.
En los alrededores, los trabajadores que ultiman detalles del recinto próximo a inaugurarse tampoco pierden detalle de la escena, pues lo que sus ojos contemplan es un hecho histórico, un suceso sin precedentes en el que por primera ocasión, las Chivas pisan el campo que habrá de ser una de las aduanas de mayor peso en el Futbol Mexicano.
Aparecen entonces los rostros de asombro en cada uno de los elementos del plantel, quienes en el círculo central y junto a los integrantes del Cuerpo Técnico, y sin dejar atrás el staff del equipo, no pierden detalle alguno de su estreno en la cancha, situación que muestran en sus ojos y lo confirman con sus palabras.
Más de alguno se da tiempo para tocar el césped artificial de última generación, de lo más moderno que existe en la actualidad para recintos de esta naturaleza, lo palpan y se llevan entre los dedos unos cuantos trozos del caucho que hace que la cancha se sienta más confortable y que constituye uno de los avances tecnológicos más importantes para este respecto.
Mientras otros jugadores analizan las porterías y miden la distancia del pasto al travesaño, otros se dan tiempo para contemplar las tribunas que el imponente estadio muestra, mientras que algunos más deciden pararse en el centro del campo, justo ahí donde el próximo 30 de julio habrá de comenzar a rodar el balón en el primer partido oficial que se juegue en el recinto rojiblanco, para visualizar cómo será el momento en el que cientos de miles de gargantas griten al unísono el "Chivas... Chivas...".
Por eso el entrenamiento ha sido distinto, porque aunque los ejercicios son similares a los de anteriores ocasiones, el escenario y el campo son diferentes, lo que hace que el trato con la pelota, el traslado en el terreno de juego y la motivación que representa ser partícipe del primer plantel que estrena la cancha, sean motivos suficientes para sentir un entrenamiento distinto.
Y no obstante que el intenso trabajo que ocasionó la práctica futbolística interescuadras haya sido suficiente para dejar exhaustos a los elementos rojiblancos, ningún elemento del plantel abandonó de inmediato la grama del nuevo estadio, ya que mientras que algunos realizaron sus labores de estiramientos en el campo, otros se dieron la oportunidad de ir al tiro de esquina, de observar la distancia entre la cancha y la tribuna e incluso hubo quienes permanecieron dentro de la cancha hasta 40 minutos después de concluida la sesión, sintiendo la textura del que será su centro de trabajo, su fortaleza futbolística.