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Ciudad de México.- El escenario fue inmejorable, un Estadio Azteca pletórico y pintado sólo de rojiblanco, engalanó el duelo de Ida de la Semifinal de la Copa Libertadores entre Chivas y la Universidad de Chile, sin embargo, el resultado no fue el que hubiera deseado el conjunto rojiblanco ya que el empate a un gol, no les generó ventaja alguna para el duelo de Vuelta en Chile.
Y es que aún y cuando el Rebaño ofreció las mejores opciones de gol en el partido, dominó por más tiempo la posición de la pelota y propuso continuamente en el arco enemigo, siendo en el segundo tiempo cuando con más más claridad se vio el dominio rojiblanco, el resultado final le dio a Chivas un empate que de momento, le otorga la ventaja al cuadro andino por la diferencia del gol de visitante.
Pues aunque el Rebaño inició el encuentro con repetidas aproximaciones al área enemiga, tendiendo como puntales de desequilibrio a la cuarteta conformada por Omar Arellano, Omar Bravo, Adolfo Bautista y Alberto Medina, quienes de forma constante se encargaron de hacer que la defensiva de la Universidad de Chile pasara apuros en los primeros minutos.
Ejemplo de esto, fue la acción que generó Omar Bravo hacia los nueve minutos, cuando luego de realizar una serie de amagues por el costado derecho, cedió la pelota para Arellano, éste a su vez se acompañó con Xavier Báez quien en los límites del área y por el centro sacó un potente disparo, que para su mala fortuna, se estrelló en la defensiva chilena.
De manera reiterada, Guadalajara atacó con todo su potencial, hizo que la defensiva de la Universidad de Chile se multiplicara y acumulara más y más elementos en cada jugada del Rebaño, sin embargo, con cada aproximación, el grito de gol se ahogó en las tribunas debido a la falta de contundencia que Guadalajara evidenció.
Y aunque el conjunto andino también generó peligro en territorio rojiblanco, los intentos de aproximación de Montillo y compañía fueron bien apagados por la defensa comandada por el capitán Héctor Reynoso, pues aunque la delantera chilena se mantuvo con presencia de área, no generó alguna opción de claro peligro que no pudiera ser bien contenida por el arquero Luis Ernesto Michel.
Transcurrido el primer lapso de partido, el marcador continuó sin movimiento, pero cuando apenas transcurrían los primeros instantes del complemento, justo después de una acción en ofensiva del Rebaño, el contragolpe efectuado por los chilenos llegó hasta el costado derecho del área rojiblanca, donde Juan Manuel Olivera midió un esférico por alto, de cabeza cedió a segundo poste para la llegada de Rafael Olarra, quien también con la testa y con el marco abierto, consiguió horadar el marco del Rebaño a los 48' para irse al frente en el marcador.
Pero al igual que la tribuna, que de inmediato comenzó a hacer sentir con más fuerza el "Chivas... Chivas...", el ímpetu del Rebaño apareció en cada pelota disputada, en cada pase preciso y en cada actividad a la ofensiva que realizaron en búsqueda de igualar los cartones, acción que no demoró mucho en aparecer.
Ya que a los 52 minutos de juego y luego de un tiro de esquina por derecha ejecutado por Alberto Medina, en el centro del área Omar Bravo presumió su poderoso brinco para ganar la esférica y conectar de cabeza directo a las manos del arquero Miguel Pinto, quien al rechazar no contó con la llegada de Omar Arellano, quien con su característica potencia de piernas tomó el balón de aire y disparó dentro del área chica para hacer imposible toda acción defensiva chilena y generar así el empate para el Rebaño.
A partir de dicha acción, sólo existió un equipo en el campo, y ese fue el Rebaño, ya que la escuadra chilena, que si bien envió hacia cualquier parte cuanto balón traspasaba su territorio, se centró en conformarse con el tanto anotado que le generaba una ventaja por el gol de visitante, por lo que ante los constantes embates del Rebaño simplemente se dedicó a despejar la esférica y hacer de cada acción que así lo ocasionara una oportunidad de hacer que el tiempo se pusiera de su lado.
Una y otra vez, por las bandas y por el centro, con el desequilibrio de llegar con toques finos de pelota hasta el manchón penal o bien probando fortuna desde fuera del área, Guadalajara encerró a la Universidad de Chile en su propio campo y puso en predicamento a su defensiva dada la cantidad de pelotas que alojó en su territorio, sin embargo, la fortuna no le sonrió a Chivas, la contundencia no jugó de su lado y conforme transcurrieron los minutos, el tiempo se convirtió en enemigo de Chivas.
Porque no obstante la creatividad de Marco Fabián, la sorpresa de Medina, la velocidad de Arellano y las aproximaciones hacia el área de Xavier Báez, Chivas no encontró de nueva cuenta la puerta defendida por Miguel Pinto, por ello es que tras el silbatazo del árbitro venezolano Juan Ernesto Soto, Guadalajara sacó un empate del juego de Ida en su casa adoptiva, el Estadio Azteca.
Ahora, el Rebaño tendrá diversos escenarios para el duelo de Vuelta del próximo tres de agosto en la capital Santiago de Chile, ganar por cualquier marcador o bien empatar con dos o más goles, a fin de que el criterio de desempate con un mayor número de anotaciones como visitantes les brinde la oportunidad de estar en la Gran Final de la Copa Libertadores 2010.