Es domingo familiar y de aroma infantil en las tribunas del Estadio Omnilife, pues como ha sido habitual en los últimos encuentros del Rebaño como locaal, para el duelo correspondiente a la Jornada 15 del Torneo Clausura 2014 de la Liga MX entre Chivas y Monarcas Morelia los más pequeños del hogar fueron los invitados de honor.
Fueron también los que colmaron con notable entusiasmo las butacas rojas del inmueble rojiblanco, y quienes acompañados de sus familiares y amigos, llegaron dispuestos y con el orgullo a flor de piel para lucir sus playeras rojiblancas, que lo mismo aparecen de la época de “Zully” Ledesma , Benjamín Galindo, pasando por Alberto Coyote, Ramón Ramírez y claro, la etapa actual con el nueve de Omar Bravo, el 11 de Aldo de Nigris y el 21 de Carlos Eduardo Fierro.
Además del fervor en la playera por sus ídolos, los jovencitos se deleitaron con cada acción de la que se convirtieron en actores vivientes en la cancha del Estadio Omnilife, desde entregar su boleto de entrada y apresurarse a tomar su lugar, jugar entre ellos y bromear, hasta guardar disciplina casi militar, mientras otros tantos permanecieron atentos a los vendedores de papas, de refrescos, de su distintiva pizza de los domingos, de las golosinas y chocolates, que hicieron más llevadera la espera del duelo entre tapatíos y michoacanos.
Sentada junto a su familia, Lupita, de escasos siete años, se robó la atención de los vendedores en la tribuna baja sur del Estadio Omnilife, pues su viveza para moverse como una hormiguita trabajadora que cede con rapidez y eficiencia la bebida y la comida para sus hermanitos no pudo pasar desapercibida, además de que la sonrisa y los expresivos ojos negros de la pequeña fueron capaces de doblegar hasta a uno de los integrantes de la policía del municipio de Zapopan a quien no le quedó más que abandonar su expresión adusta para dejar ver una sonrisa sincera al observar a lo lejos la contagiosa viveza de la chiquilla enfundada en su playera de las Chivas.
La frescura y la inocencia de los niños como Lupita que engalanaron la zona sur del Omnilife, para generar una estampa imborrable, esa que se está haciendo característica en el inmueble rojiblanco y que lo hacen destacarse de entre los demás como un estadio 100 por ciento familiar.
