Regresaron las Chivas a su territorio, la cancha del Estadio Omnilife dentro de la Liga MX tras disputar dos sendas batallas en patio ajeno, y lo hicieron con la motivación en el cielo para enfrentar a unos Diablos Rojos del Toluca encabezados por su goleador histórico José Cardozo y enfundados en un uniforme negro que les remarcaba su surgimiento en el infierno.
En las tribunas la afición presentaba una entrada pletórica en el Estadio Omnilife, inmaculado reflejo del momento rojiblanco dentro de la Liga MX con un conjunto que destila confianza en cada trazo y en el que ha vuelto a confiar todo su universo rojo y blanco, por eso las palmas, los tambores, las banderas de Chivas ondeando al aire con ese genuino orgullo que sólo otorga la victoria.
Si Toluca contaba con su líder histórico de goleo como Saturnino Cardozo, el Rebaño tenía a su líder de la cancha, del vestuario y del gol en el capitán Omar Bravo quien tras una jugada de pared con Marco Fabián llegó a su sitio favorito dentro del terreno de juego, el corazón del área para vencer a un viejo conocido como el arquero Alfredo Talavera a quien le realizó su mejor movimiento en el partido. Si Omar, grita el gol , festéjalo, los goles se festejan siempre¡ y sonríe, sobre todo sonríe porque cada vez estás más cerca del mítico e histórico Salvador “Chava” Reyes.
La afición entregada con el futbol del Rebaño también lo festejaba todo, cada ataque, cada barrida, cada cabezazo de sus jugadores que se entregaban al 100 por ciento dentro de la cancha para atacar y defenderse de un Diablo Negro que siempre tiene un pique especial con el Guadalajara.
El Chivas Chivas era parte del amor, de la comunión que tiene el Rebaño con su futbol y con su afición que cada 15 días se manifiesta para apoyar en su escuadra, en las buenas, regulares, malas. La imagen que dio con el paroxismo de la felicidad rojiblanca la dio el capitán del Rebaño, Omar Bravo Tordecillas quien impulsó sus brazos en alto con los puños en alto, agradeciendo y brindando la victoria a esa afición del Rebaño que hoy goza de un amor puro, sano, estupendo, y triunfador porvenir rojiblanco.
