Frisco, Texas.- El frío ambiental que copó el Pizza Hut Park con sus poco tolerables dos grados centígrados rápidamente fue sustituido por el calor que Chivas prendió en la cancha, que alimentó con sus goles y que complementó con su futbol ofensivo, contundente y explosivo, ante un Atlas que vio una vez más cómo el Rebaño le hizo ver la cara contraria de la moneda.
Pues basado en un orden táctico eficiente, una movilidad destacable y una ofensiva explosiva que mostró su efectividad en el momento indicado, Guadalajara se quedó con el Clásico Tapatío correspondiente a la segunda jornada del Interliga, y que le alcanzó para colocarse como el mandamás del Grupo Dos del torneo norteamericano.
Y aunque en los primeros minutos del encuentro Guadalajara batalló para comenzar a tocar la puerta rojinegra, debido al cerrojo defensivo que plantó el Atlas en su zaga, a base de toque de pelota y orden táctico Chivas generó sus primeras oportunidades de gol gracias a la habilidad de Alberto Medina y a la anticipación ofensiva de Carlos Ochoa.
Pero no fue sino hasta los 20 minutos de juego, en una de las más claras llegadas que Chivas generaba en el partido, cuando Édgar Mejía mandó un servicio desde la derecha y con ventaja para los rematadores Medina y Ochoa, quienes al superar la marca de la zaga rojinegra ya se aprestaban para el remate.
Sin embargo, al verse superado y fuera de la jugada, el defensa Néstor Vidrio brincó en busca de la pelota y de forma evidente desvió el servicio con la mano derecha, por lo que el silbante Terry Vaughn no dudó en señalar la pena máxima, pero sí omitió mostrarle por lo menos el cartón preventivo, que aunado al recibido tres minutos antes, hubiera generado su expulsión del juego.
Al cabo de unos segundos de reclamos, el capitán de las Chivas Ramón Morales tomó la pelota para colocarla en el manchón de penal, dio tres pasos hacia atrás y justo después de observar de reojo el destino que la pelota debía de seguir camino a las redes, disparó con maestría para engañar a Pedro Hernández y abrir el marcador a favor de la causa rojiblanca.
Luego plasmar en la cancha su superioridad futbolística y reflejarla en el marcador, Guadalajara continúo fiel a su estilo en búsqueda de ampliar su ventaja, pues a través de Marco Fabián por el centro del campo y de Ochoa y Medina por los costados, Chivas mantuvo en constante peligro la portería del Atlas.
Aunque al finalizar los primeros 45 minutos el partido no sufriría modificación alguna, salvo por esporádicas llegadas de Atlas que no exigieron mayor aplicación a Luis Michel, entrado el complemento Guadalajara salió con aún mayor actitud ofensiva, caracterizada por un dominio territorial y también de pelota que con el paso de los minutos se evidenció con repetidas llegadas al arco.
Pues a los 51' Marco Fabián disparó desde fuera del área y por nada se perdió el festejo del segundo tanto, mismo caso de Carlos Ochoa quien a los 63' quedó solo frente a Hernández y en su afán por asegurar el gol bombeó el esférico para instantes después ver cómo se escapaba por encima del travesaño.
Incluso Alberto Medina tendría una nueva oportunidad de endosar el segundo en la cuenta rojiblanca cuando a los 71' Ramón Morales le pondría un balón a modo dentro del área para que con potencia el "Venado" fusilara a Hernández quien simplemente contempló como la pelota pasó por un costado de su poste izquierdo.
Y justo cuando Chivas vivía más el partido más cerca de la portería contraria, una descolgada rojinegra derivó en la recepción de la pelota de Gustavo Vargas dentro del área, quien disparó raso a la puerta justo a donde Luis Michel alcanzó a desviar la trayectoria, pero no lo suficiente para evitar que Bruno Marioni empujara a centímetros de la línea de gol para marcar así el empate a uno.
Pero vendría la ya acostumbrada reacción de Chivas, esa que en cada partido ofrece espectáculo y arranca la ovación de las gargantas en la tribuna, pues a los 78', luego de burlar contrarios con singular facilidad, Sergio Ávila dejó en franca posición a Carlos Ochoa, quien si en dos anteriores había quedado a deber, en la tercera puso de pie a la tribuna al marcar el segundo de la noche y poner de nueva cuenta en ventaja a Chivas.
Y habría más de Chivas y de Ochoa, cuando en la recta final del partido, segundos después del minuto 83, el delantero robó la esférica en tres cuartos de terreno, enfiló con velocidad al área y al verse de nueva cuenta frente a Hernández, definió raso y con clase para cristalizar su primer doblete con Chivas y sentenciar un marcador que a la postre sería definitivo.
Por ello los aplausos y los gritos de júbilo para Ochoa no cesaron cuando el árbitro determinó el final del encuentro, por eso la afición de Chivas en Frisco olvidó por instantes el frío abrumador que la noche le ofreció, pues lejos de su entorno habitual, el Clásico Tapatío tuvo al mismo ganador que desde hace ya algunos encuentros: Chivas.
Guadalajara 3-1 Atlas
Goles
1-0 (20') Ramón Morales de penal.
1-1 (75') Bruno Marioni
2-1 (78') Carlos Ochoa
3-1 (83') Carlos Ochoa.
Estadio Pizza Hut Park. Frisco, Texas (17057 asistentes).