La nueva opción de transporte colectivo en la Perla de Occidente es el Macrobús, una especie de metro urbano ecológico que en su segundo día de actividades, es uno de los principales abastecedores de la afición rojiblanca que pasadas las seis y media de la tarde comienzan a hacer mayor la afluencia de seguidores a las afueras del Estadio Jalisco.
Para el cuarto duelo en la actividad del Grupo Seis de la Copa Libertadores, el Chivas - Caracas FC es un ensayo de lo que será el fin de semana esperado en Guadalajara con el Clásico Tapatío, por eso aunque el duelo internacional es el gran atractivo este miércoles, la afición toma la visita de los venezolanos como el aperitivo futbolero de una semana de intensa actividad para Chivas.
Una vez comenzado el cotejo, las banderas en la tribuna aparecen en cascada cuando las Chivas hacen presencia en la cancha, las porras hacia el más popular de los equipos no se hacen esperar y la afición espera ansiosa la revancha deportiva ante un equipo que aunque sin ser superior, les generó una derrota en tierras venezolanas.
Por eso aunque en el primer tiempo el grito de gol quedó guardado en las gargantas de los poco más de 20 mil aficionados que se dieron cita para presenciar el cotejo, las emociones del segundo tiempo hicieron que la expectativa creciera, que el ánimo alentara al Rebaño a ir por la victoria para acercarse a la clasificación a la siguiente fase.
Y después de insistir e insistir en la cabaña rival, a tan sólo diez minutos de culminar el cotejo Chivas vio reflejado su esfuerzo en la cancha y la afición recompensada con su aliento incesante, pues Gonzalo Pineda cobró un tiro libre directo al corazón del área, justo donde Aarón Galindo saltó, giró el cuello y concretó el gol que encendió la fiesta en el Jalisco.
A raíz del gol, la afición coreó con más ímpetu el "Chivas... Chivas" y reprochó cada pelota que tocaron los venezolanos, era el resultado que esperaban, la victoria que se requería para retomar la punta del Grupo Seis y la confianza para llegar con mayor motivación al Clásico del domingo.
De ahí que los aplausos con cada esfuerzo de Chivas fueron más ensordecedores, los rostros sonrientes fueron más evidentes y el júbilo que sólo la victoria puede otorgar se hizo más confortante, a final de cuentas, el triunfo sobre los venezolanos dejó satisfecha a una afición que con el aperitivo de media semana, ya saborea el plato fuerte del domingo, el Clásico Nacional.
"Y el domingo vamos por más", se le escucha decir a un aficionado, quien con sus dos pequeños acompañantes de la mano, se pierde en la escalinata a la salida del inmueble, a la espera de regresar el fin de semana al Jalisco para vivir de nueva cuenta, una victoria más del Rebaño.